lunes, 29 de septiembre de 2014

Reivindiquemos el acceso a una vivienda digna para todo ser humano en el Día Mundial del Hábitat

Este lunes 6 de octubre, al igual que cada primer lunes de octubre desde que lo estableció la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1985, se celebra el Día Mundial del Hábitat. Una celebración que toma una nueva relevancia en este 2014, al ser justamente la vivienda uno de los últimos reductos  de resistencia del desmembrado Estado de Bienestar Social por parte de las extingas clases medias del mundo occidental.

Cuando hablamos de hábitat hablamos, principalmente, de vivienda. Y todos sabemos que la vivienda es mucho más que cuatro paredes más o menos revalorizadas por un mercado especulativo, ya que la vivienda es el sostén de seguridad psico-emocional necesario para todo ser humano que busca realizarse mediante su encaje de servicio personal en el entramado social. Es el espacio necesario de toda persona para sentirse protegido en su intimidad personal y familiar y, por ende, para procurarse un nivel de autoestima saludable frente a los retos de un mundo exterior cada vez más complejo. Así pues, la vivienda, más que un espacio físico, deviene un espacio de seguridad psicológico natural que toda persona necesita para su buen desarrollo como ser humano, convirtiéndose así en un Derecho Fundamental.

Si la vivienda (junto con la alimentación, la sanidad y la educación), es un elemento imprescindible para el óptimo desarrollo natural y saludable del ser humano, ya que es como nuestra segunda piel que nos cobija y protege, ¿por qué permitimos como sociedad:

-Que cerca de 160 familias al día se queden sin casa en España? (+ info)

-Que entre 2.300 y 9.300 personas mueran al año en España de manera prematura por no poder pagar la luz o el gas? (+ info)

-O, que solo dos de cada diez jóvenes españoles menores de 30 años puedan emanciparse de casa de sus padres? (+ info).

Ante esta cruda realidad, que ataca de manera directa la dignidad y la integridad del ser humano, desde la Escuela de Arquitectura de la Tierra no podemos más que reivindicar el derecho al acceso libre y equitativo de toda persona a una vivienda. Puesto que la Ley Natural estima que no hay hábitat sin personas, ni personas sin hábitat. Ya que una persona sin hábitat, es una persona desprovista del derecho fundamental de poder realizarse como persona.

Y en esta breve declaración de principios por el derecho al libre acceso a una vivienda digna, en pleno siglo XXI, cabe realizar una doble reivindicación complementaria: el Derecho a Construir con Tierra Cruda y el Derecho a la EcoAldea como nuevos modelos de desarrollo personal y social.

Director EAT

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